El sábado se producía en el Cielo un encuentro potente y transformador. Plutón y el Sol se alinearon y no pasará desapercibido. El Sol es nuestro lugar de consciencia, nuestro "yo soy". También es aquella materia evanescente que nos habita. Ese combustible almico ligado más a la esencia que a la forma que somos. Pero que nos sucede a los humanos cuando encontramos identidad, cuando encontramos en una manifestación la resonancia que anhelamos? Nos cristalizamos. Petrificamos esa manifestación convirtiéndola en mera imagen y lo que nació de una expresión vitalmente cardíaca queda reducido a un especular reflejo. Plutón es el planeta de la muerte entendiéndola como principio de transformación. También simboliza nuestro poder personal. Cuando vibramos bajo el contacto con esta energía produce en nuestro psiquismo impotentes victimizaciones o rígidas omnipotencias. Pero que hay más allá de esto? A que nos esta invitando este tránsito? A la posibilidad de mutar y transformar nuestra identidad. El Sol en su más alta vibración esta dispuesto a transformarse en cada latido, disponible a cambiar sus bordes al ritmo de su poderoso calor evanescente. Por que no nosotros? Dejemos ir imágenes viejas y ya secas de nosotros mismos. Aventurémonos. Tal vez la clave este en enfocarnos en nuestro propio proceso de renacimiento sin comparaciones, ni anhelos. Concentrarnos en el viaje interno hacia lo esencial que hoy se necesita expresar. No pretendamos conocer el resultado acabado de este proceso. Estemos si, dispuestos a la alquimia. Nos podrá ayudar el despertar de Mercurio. Recordemos que su puso retrogrado el 29 de Noviembre. De Capricornio, donde estaba en ese momento, se devolvió a Sagitario pidiéndonos revisar aquellas ideas y anhelos. Donde nacían, quien las gobernaba? Tenían que ver con exaltados caprichos o con visiones más altruistas. Así hicimos meditaciones, vacilamos y nos reformulamos. Que hoy podamos tener claro esa intención que emerge de dentro. Que la hayamos pasado por el corazón y que aceptamos que manifestándola nos procuraremos una inexorable y potente transformación. Bendiciones
