La Luna transita los últimos momentos previos a su fase Nueva.
Son horas de vacío lunar. Es tiempo de vaciarnos y hacer espacio. Así el inicio que se avecina nos encontrará vacíos y disponibles para volver a empezar.
Capricornio es signo de tierra, concreta y concentrada. Es esfuerzo y maduración. Capricornio es la energía opuesta y complementaria a Cáncer, lugar donde la Luna se encuentra en regencia. Por eso escuchamos que la Luna en Capricornio se siente incómoda o en exilio.
Pero profundizemos. La Luna en Capricornio no necesita grandes caudales de emociones. Es medida y aunque tiene necesidades como todas es, ciertamente, la menos dependiente.
Sin dejar de comprender que como mamíferos humanos necesitamos apego en nuestra primer fase de crecimiento, y que portar esta energía lunar puede generarnos marcas de soledad y sobre adaptación desde tempranos tiempos. Es importante destacar el don de independencia emocional que potencialmente posee. La capacidad de poder sostener y sostenerse amorosa y prácticamente. De tomar decisiones, sin negar sensaciones, pero sin magnificarlas tampoco.
Cuál es el refugio inconsciente de estos nativos? Una falsa falta de necesidades propias. Y una independencia que esconde un "no registro" de la emocionalidad. Gobernados, sin saberlo, por la certeza que tener necesidades es igual a ser no queridos, se exigen infinitamente poder cargar con todo peso. Y si no lo logran se refugian en la más insondable de las soledades.
Para todos nosotros son buenos momentos para vaciarnos de sobre exigencias, de deberes seres adquiridos para satisfacer externas miradas. Soltemos el esfuerzo que no es congruente con el propósito que sembramos el ciclo anterior y sembremos la semilla de un salto creativo y liberador que nos ayudará a seguir gestando nuestro sueños.