Ayer la Luna entro en Piscis y es excelente momento para ablandar bordes y disolver fronteras emocionales que nos separan de los otros. Es tiempo de incluir aquello excluido. Seamos amorosos y compasivos, el deber ser ya quedo atrás. Mirar sin juicio es menester para dejarnos penetrar por todas las emociones. Seamos porosos, no es tiempo de barreras ni retenciones. Ser en el otro. Ser con el otro. Así volver ampliados, por la aceptación y el perdón, a nosotros mismo.
Si sos Luna en Piscis tenes un don de enorme y profunda empatía por todo lo viviente y no solo. Sensibilidad extensa que con todos resuena. Profunda entrega al servicio de quién lo requiera.
El detrimento: que esta sensibilidad los encierre temerosos en fantasías eternas dentro de mundos íntimos e inaudibles. Creyéndose en contacto están absolutamente escindidos de lo real. Confundiendo simbiosis con amor replican como espejos características ajenas. Se pierden. Y el infinito amor que tienen para dar se reduce.
Que todos podamos pacificar nuestros vínculos. Que el perdón llegue a tiempo y que podamos siempre incluir.
