El domingo Júpiter inició su camino retrogrado.
Él simboliza al maestro, al guía que nos entrega su ayuda para que encontremos la propia capacidad de guiar a otros en sus caminos de búsqueda de sentido y trascendencia. Representa a Dios. Aquel vital y creativo principio creador que puede ver el todo sin dejar de atender la parte.
Júpiter retrograda cada año y permanece en cada signo alrededor de 24 meses.
En Libra, desde hace más de un año, puso y pone en relevancia temas vinculares y nos invita a hacer foco y observar que sucede con el equilibrio en nuestras vidas. Cómo encontramos el sentido en vínculo? Buscamos complemento por falta o por anhelo de compartir aquel tesoro que descubrimos portamos?
Libra es el yin y yang. Es esa sabiduría que sabe que estamos regidos por una ley natural y constante donde cada efecto tiene su causa. Es aquella vibrante armonía entre adentro y afuera, entre lo femenino y lo masculino. Es ese punto medio de cualquier par de opuesto complementarios.
Entonces no es solo tiempo expandir y desear buena venturanza en relaciones de socios y de parejas. Es sin embargo inmejorable momento para indagar que sucede con nuestros íntimos equilibrios. Con la búsqueda afuera de aquello que creemos nos falta dentro.
Es buen período para preguntarnos que emoción nos guía al vincularnos? Vamos al encuentro con el otro guiados por la idea de entregar lo que nos abunda o somos actores de un plan preconcebido con sensaciones de escasez? Registramos, damos lugar a "lo otro" que nos habita? O seguimos forzándonos a satisfacer caprichos que intentan solo dar lugar a la parte. Perseguimos sueños carentes de vitalidad por que niegan temerosos la visión de aquello que aparentemente opuesto nos complementa y transforma?
A todas estas meditaciones nos va a invitar Júpiter retrogradando en Libra.
Cuando un planeta retrograda su función se vuelve al interno. Se propone un tiempo de meditación sobre lo que este planeta simboliza. Se dirige la energía a re significar, volver a calibrar, sentir, vibrar.
Pensemos si aquello que queremos conseguir de otros, si aquel sueño de abundancia que anhelamos del afuera, no necesita primero encontrarse dentro. Equilibremos-nos. Dando lugar a otras partes, reconociéndolas para que al mirarlas transformen y enriquezcan aquello que ya dictaminamos creemos ser y queremos obtener. Es tiempo de re inventarnos por aceptarnos más amplios y sobre todo por confiar en lo abundante que somos. Tal vez nos frustremos, no será tiempo de "rápido y ahora". Es momento de ser conscientes y sostenidos en los procesos para manifestar sueños que brillen por incluir la totalidad que descubrimos, gracias a los vínculos, vamos siendo.
Urano en Aries en oposición a Júpiter no nos permitirá medias tintas ni falsas diplomacias para seguir tomando del otro lo que creemos nos falta. La propuesta es tal vez incomoda pero nos potencia a ser creativos y audaces con lo que esencialmente tenemos para dar y compartir.
Que así sea!