Ha pasado el momento del Eclipse mas no ha terminado de vibrar su energía que seguirá proponiendo los cambios necesario para seguir soltando identificaciones regresivas en pos de asumirnos más cercanos a donde nuestro Ser vibra. Este Eclipse propone un salto de identidad, un soltar imágenes. Y justo después de que ocurriera en el grado 29 de Leo el Sol entro a Virgo, indicando un camino necesario. Necesitamos estar atentas y con capacidad de discernir, ver como aquello lo cual respondíamos dejar de ser vital, notar hasta que podamos asumirlo que ya no somos como creíamos. Virgo y su energía podrán disponernos si es que aceptamos.
Repasemos. Virgo representa la ineludible invitación a enfrentarnos a la frustración para el ego primero, y al maravilloso descubrimiento para el Ser posterior, de ser parte de un sistema vasto e inconmensurable. Reconocer que no brillamos solos, que somos miles que desde el inicio del tiempo hemos hecho el camino de descubrir el propio fuego para ponerlo al servicio del sistema humano. Ser es sabernos parte de una constelación. Ser es reconocernos parte de un orden en el que la función se revela fundamental y vital. Ser parte del todo nos despierta del sueño proponiéndonos abandonar los dominios de nuestro ego.
Virgo simboliza la maravillosa posibilidad de rendirnos humildes a un sistema mayor que intuimos pero desconocemos y del cuál formamos inexorable parte. Es también la sabiduría de identificarnos con la luz de ese universo.
Servir, reconocer nuestro lugar, honrar nuestra tarea y nuestro puesto. Realizar el trabajo necesario para que el Todo se exprese sin saber ni querer controlar esa expresión. Hacerlo con amor y entrega es el recorrido que nos propone esta energía y nos predispone a una inmensa maduración. Madurar aquel cambio que se viene gestando, que el Eclipse acerca, y con el cual tenemos que trabajar constantes y ordenados.
Ojalá que así sea. Que mientras lo hacemos prestemos atención y cuidado a nuestro cuerpo, que es nuestro templo. Que observemos nuestros hábitos cotidianos para transformarlos en congruencia al nuevo ser que está despertando. Que donarnos sea parte del día. Que amanecer agradecidos por la oportunidad renacida y acostarnos conscientes de lo hecho y lo que aún está por hacerse sea posible.
Que hagamos y seamos la diferencia y no se note.
Bienvenido Virgo, su maravillosa maduración e inconmensurable misterio.