Hace ya algunos varios días el Sol y Júpiter hicieron conjunción a exactos 3° de la Constelación escorpiana, evento que no sucedía hace 12 años, es decir desde la última vez que Júpiter visitó el signo.
Según dice la astrología que el Sol y Júpiter se encuentre marca un momento de bendición y expansión. Pero debemos entender que no necesariamente la "suerte" corresponde al deseo.
Repasemos juntos: Escorpio se trata de un viaje hacia lo interno. De bucear en lo negado y, en el mejor de los casos, en lo vulnerable de nuestro psiquismo.
Entonces: Qué hay dentro nuestro?
Cuál es aquella emoción que no queremos ver? Que textura tiene aquello que sabemos esta ahí y por temor no miranos y dejamos para después?
Donde sea que este en nuestra rueda zodiacal la zona Escorpio la invitación es a preguntarnos qué sombra nos habita.
Ahora bien Júpiter es amplificador, facilitador de viajes que expanden nuestra conciencia. Es aquello que no hacen crecer por ir más allá de nuestras fronteras. Es abundancia, pero no de aquella que el ego cree necesita. Es abundancia de sentido, es revelación de propósito. Júpiter es aquella sabiduría que sabe de la interconexión de las dimensiones espiritual y material.
Entonces viajemos. Iniciemos la travesía hacia adentro. Seamos buscadores de nuestro ser espiritual. Que nos guía el yo superior, que la escena es aquella que nos lleva a reencontrarnos con el real que habita en nosotros. Con aquello que es eterno y que trasciende la materia.
Que estemos iniciando viajes hacia dentro. Que el Sol ilumine el camino. Que en lo oscuro se revele el sentido de transmutar. Que en la transformación nos acerquemos aquello que es sagrado y nos lleva al centro mismo del corazón.
