La Luna es el satélite más cercano a la Tierra. Representa para nosotros aquella energía que nos condujo a casa. Todos encarnamos en este Mundo a través del cuerpo de nuestra madre, es decir a través del cuerpo de la Luna.
Ella rige las aguas, las mareas y nuestras emociones y lleva el compás de los ritmos cíclicos femeninos y no solo, las cosechas, las siembras, los momentos de inicios y finales tienen que ver con sus fases. La Luna está íntimamente ligada a nosotros y nosotros a ella.
En nuestra Carta Natal representa ese lugar seguro, esa energía que nos sirvió de refugio extra útero mientras fuimos pequeños y dependientes. Pero a medida que crecemos, y que por lo tanto, que nuestras necesidades cambian, la sabiduría lunar propondría retirarse para dejarnos crecer de la única manera que esto es posible: experimentando el contacto con la realidad, sin refugios innecesarios pudiendo siempre volver a casa al finalizar el día. Pero, como siempre, nuestro psiquismo más inmaduro tiene otros planes. A medida que crecemos, en vez de aventurarnos, cada vez que la realidad se presenta diversa, distinta a nuestras expectativas o simplemente desconocida, un mecanismo inconsciente entra en acción pretendiendo emular las características de aquel refugio extrauterino que nos cobijo, pero en el cual hoy ya no podemos estar, básicamente porque hemos crecido y tenemos necesidades diversas que en ese entonces. Así funciona la Luna en nuestra Carta Natal, es una energía conocida, expresarla no nos impone ningún esfuerzo ni aprendizaje, es un lugar seguro. Donde muy a menudo permanecemos sin darnos cuenta. Con esa energía expresándose nos sentimos seguros. Con esa energía alrededor hacemos casa. Y muchísimas veces actuándola inconscientemente nos separándonos del Mundo, construyendo irrealidades que nos evitan verdaderos contactos.
Pero para qué sirve la Luna en nuestra carta entonces? Es solo un mecanismo regresivo? No por supuesto que no. La Luna tiene la invaluable función de estar allí para mantenernos en contacto sensible con quiénes somos y con aquello que necesitamos. La cuestión es que nuestras necesidades mutan, al igual que crecen, nacen y mueren nuestras células. No es lo mismo aquello que necesitamos cuando tenemos 5 años que cuando tenemos 40 verdad? Lo podemos sentir? Percibimos esta diferencia? Podemos contestar a la pregunta: que necesitas o saltan automáticos que tienen que ver con quienes fuimos pero no están actualizados a quienes somos? Si es difícil... pero por ahí vamos. Los humanos somos seres con necesidades eso es innegable, pero estas van cambiando y seguramente vamos creciendo y pasando del la dependencia del apego al desapego como un modo de amor más elevado. Eso también es sabiduría lunar, el registro de ese cambio en tiempo y forma.
Ahora bien. La Luna cambia de signo cada dos días y medio. Es decir realiza un giro completo cada 28 días. En cada signo nos predispone a un modo emocional. La Luna rige nuestras emociones. Y no solo, en cada fase, aquella que nace, aquella otra que crece, la otra que se completa y en la que decae para volver a nacer, nos propone entrar en sincro con una sabiduría cíclica y tan ancestral como el universo. Todo empieza y termina para volver a empezar. Así cada dos días y medio podremos conectarnos y atravesar guiados por su fuerza las diferentes partes de la unidad que somos.
Ayer la Luna entró en Libra y la energía nos predispone al equilibrio emocional y su búsqueda. A poder reconocer nuestra íntima necesidad de estar alineados y en armonía.
La Luna en Libra tiene el don de pacificar el espacio que habita. Armonizando antagónicos. Tienen la amorosa capacidad de reconciliar opuestos. Con la intención de procurar integraciones mostrando siempre un visión más completa de la realidad que no puede ni debe definirse por polos. Dolor y alegría, palabras y silencios, son solo extremos de un lugar medio que vislumbra busca y coopera en crear. Comprendiendo que en ese movimiento constante para lograr el balance se despliega la verdadera armonía. Reconociendo en lo otro el complemento necesario para la propia expresión.
Si sos Luna en Libra todo esto es tu don.
Pero cual es el detrimento de esta energía Lunar. Sin darse cuenta confunden la búsqueda de armonía entre complementos con mera satisfacción de deseos ajenos. Se acostumbran a satisfacer con la inconsciente y propia necesidad insatisfecha. Así pierden contacto con su si mismo. En una interminable búsqueda por armonizarlo todo dejan de ser parte de aquella armonía que quieren procurar perdiendo conexión no solo con la necesidad que los habita si no también con el propio deseo.
Ahora bien en el Cielo no solo esta energía existe sabemos que seguimos con El Sol, Plutón, Venus y Saturno en Capricornio y dentro de poquísimo allí estará también Mercurio. El equilibrio es necesario no solo teniendo en cuenta la necesidad de agradar a otros, el equilibrio y la armonía tienen dos partes, es importante entender que cuando nuestra necesidad de agradar nos gobierna y ello surge de necesidades insatisfechas de contacto podemos perder nuestro eje, olvidarnos de nuestras metas perdernos.
Busquemos la alineación y la armonía con los otros sin dejar de mirar, sin negar, sin desoír nuestro propósito. Observemos y balanceemos que cuanto más amplia sea nuestra mirada, más íntegros abordaremos la intensa fase escorpina posterior.