![](https://static.wixstatic.com/media/ce4672_81966e0d82154782a6ffc802f45050d1~mv2.jpg/v1/fill/w_640,h_640,al_c,q_85,enc_auto/ce4672_81966e0d82154782a6ffc802f45050d1~mv2.jpg)
Ayer por la noche a 11 grados de la Constelación Virginiana se perfeccionaba en el Cielo la Luna Llena en Virgo.
El Sol en Piscis junto a Neptuno, regente del signo, se oponían y la Luna tomaba, así, total y potente visibilidad en unos de los momentos más intensos y emocionales del ciclo.
La Luna llena es siempre un tiempo para ver, para revisar aquellas semillas que plantamos con la Luna Nueva en Virgo hace seis meses. Es momento de culminación y de cosecha y, por lo tanto, también de revisión.
Para poder entendernos mejor, volvamos por un instante a nombrar aquello que el eje Virgo-Piscis nos propone. Este es el eje del Amor Universal y el Servicio. Sabemos que piscis disuelve bordes (forma) para incluir. Sabemos que Virgo es el orden, es la sabiduría que comprende que sin función no hay sistema, por lo tanto no hay vida.
Profundicemos. Virgo y Piscis nos hablan de aquella sensibilidad que se entrega al servicio del todo. Suena bello y sin duda elevado. Les propongo reflexionar un poco más: Este eje exalta la necesidad de reconocer nuestra función primero para poder vibrar en amor luego. Es decir, necesitamos orden para la entrega absoluta. En estos tiempos de apertura de consciencia, y luego del paso de Urano por Aries, ya no es novedad: Somos sistemas, somos funciones y partes de órdenes más amplios. Por ejemplo nuestros lazos transgeneracionales, nuestras familias conforman un sistema que necesita orden para poder expresar el amor en circulación. Estos sistemas no solo tienen el orden visible que nos propone la forma, sabemos que el orden y el desorden vibran más allá del tiempo y de la imagen. Empezamos a entender, con mucho trabajo de consciencia y aceptación, que, no importa cuando ni como algo o alguien hayan sido excluidos o negados, mientras no reparemos, mientras cada uno de nosotros no haga el movimiento necesario para volver a incluir desde el orden, el amor no circulará sano y vital. No es lo mismo, lo sabemos, ser padres, que se hijos. No es lo mismo mirar hacia delante que mirar hacia atrás queriendo ocupar lugares que no son nuestros. Cuando esto sucede el sistema rechina, el cuerpo grita, la confusión prima. Y no sanamos.
Ahora bien. Esta Luna que es de culminación se abrió con el Eclipse de Sol en Acuario, es decir, venimos de un arranque que nos propone liberación a través de los vínculos. Estamos transitando el mes pisciano con una acumulación extraordinaria de planetas en este signo. Liberación vincular y contundente invitación a ponernos en contacto con la energía de más poderosa sensibilidad. Pero ya sabemos, nosotros, los humanos, tenemos enormes capacidades de percepción sensible, pero nuestra emoción nubla nuestras interpretaciones. Los invito entonces ahora diferenciar, ser emocionales, estar movidos por lo que vamos “sintiendo” no es necesariamente ser sensibles. Se va viendo la diferencia verdad? La emoción es cambiante, porque está dominada por el ego, la sensibilidad no tiene que ver con el yo, es abierta, y está en contacto siempre con el “nosotros” más amplio. Con el sistema, con todos. La emoción quiere y deja de querer. Es la que pregunta porque a ella a cada instante y cree que todo es personal. La sensibilidad siente lo propio y lo ajeno, se junta, discierne, se encuentra en el dolor del otro, dona.
Así llegamos a esta culminación, hasta las orejas de energía pisciana, nadando como podemos mares profundos. Seguramente las emociones estuvieron a flor de piel, también nuestros mecanismos más evasivos, esos que nos hacen creer que somos muy sensibles cuando en realidad vivimos de fantasías que nos aíslan y nos impiden el contacto pleno y de corazón con otros.
Esta Luna Llena es maravillosa oportunidad de parar, mirar y discernir. Darnos lugar para percibir que está aún en desorden. La vibración que hace circular el amor sin interrupciones provocadas por confusiones de roles esta a nuestra disposición. Requiere trabajo, si. Pero promete una fluidez que no proviene de ensoñaciones ni de fantasías si no de la sensación de hacer aquello que mi sistema necesita para funcionar y así expresar cada uno desde su parte el maravilloso amor del todo.
Que así sea para todos y cada uno!