Como lo prometido se adeuda, y luego de la experiencia y la vivencia necesarias, aquí estoy escribiéndoles sobre la Luna Llena en Libra que se perfecciono en el cielo el Sábado y que tendrá influencia los próximos 15 días.
Sabemos que, cuando Sol y Luna se oponen, algo sobre nuestros procesos emocionales se deja ver, es oportunidad de re-conocernos. El Sol brillaba y brilla en el signo Ariano, esa energía le da luz a la Luna y a la temática vincular. El yo y el nosotros, el yo y el otro, estuvieron y están expuestos a inevitable luz.
Previo a una Luna Llena se pueden mover nuestras mareas internas, las emociones pueden agitarse a fin de ser debidamente reconocidas, y en el mejor de los casos, comprendidas y más luego canalizadas.
El eje Aries Libra tiene la clave de un misterio. Que es el deseo? Y aún más profundamente: Es solo el deseo que mueve el impulso de la existencia? Yo creo que no. Que el deseo es capa superficial de ego más profundo y elevado que es la intención, que no solo tiene que ver con el yo, si no con el nosotros.
Pero vayamos despacio. Para descubrirlo este eje nos invita a una danza que busca incesante el equilibrio entre el coraje que impone animarnos a Ser y la contemplación necesaria para el reconocimiento y la apertura al otro, a todo "lo otro".
Libra es la búsqueda de aquella complementaria y efímera armonía que nos permite una visión más amplia de la realidad. Es aquel precioso espacio que vaciamos en nosotros para recibir al otro y así re-descubrirnos. Es ser receptivo a lo otro sin olvidar el valor de ser. No hace faltan falsas condescendencias, no se trata de superficial diplomacia. Y menos de falsas promesas. Es apertura, es valorar lo otro porque allí está también el propio valor y en definitiva la latencia de una unión que se intuye: No somos solos.
Cuán honestos somos en relaciones? Cuanto aparentamos aquello que no somos? Tal vez, y en definitiva, cuanto más sincera la apertura más fácil sea el equilibrio.
Ahora bien… Libra es sabiduría de aquella que reconoce que no hay causa sin efecto, es decir que todos, absolutamente todos nuestros movimientos tienen un impacto. Y así también comprender que significa decir que los vínculos son puentes hacia nosotros mismos. Todo lo veo en el otro, es un reflejo, no es igual, no es lo mismo, pero es un reflejo mío, allí hay información para mí. Y seguramente este Luna coronó en el Cielo y en nosotros esta sabiduría. Si seguimos reaccionando, dividiendo, separándonos, no habremos comprendido la danza. El espejo que me revelan aquellos vínculos complementarios, sean cuales sean, no solo tienen que ser de pareja, son de una información invaluable para entender en donde es que estamos ubicados. Quienes somos, cuáles son nuestros lugares incoherentes, que rechazamos por que nos habita… Uf infinitos aprendizajes. Allí está siempre el otro. Guía y Maestro.
Ahora bien no solo es ver, es registrar el movimiento necesario. Un ciclo se culmina para luego dar inicio a otro y esto presupone una acción. Qué tipo de acción, allí está el cielo otra vez dando pistas. Luego de pocas horas pasada la Luna Llena Marte y Saturno se encuentran en Capricornio. Marte regente de Aries hace dos años no se encontraba con Saturno y hace 30 no lo hacían en Capricornio. Y de que nos hablan? De una realidad incomoda. Algo así como la revelación de ver que aquello que hice me trajo hasta acá. Y muy probablemente esto me lo haya mostrado el otro. Ok. Esto se llama aprendizaje. Es cierto es frustrante. No hay verdadero aprendizaje sin frustración. En nuestro camino evolutivo sabemos no hay verdadera ascensión sin frustración. Quien se frustra? Siempre, siempre, el ego. El yo superior sabe del ver el potencial de la situación, sabe de cuanto se forja el don en la austera situación, y en general nos deja pista para seguirlo.
Son tiempos de acción pausada, consciente y valiente guiados por la revisión interna, esta parece ser la propuesta del Cielo donde Mercurio retrogrado propone calma introspectiva.
Que la luz guié. Que aquello que aprieta sirva de suficiente incomodidad para resucitarnos. Que el coraje, que es la acción en consciencia, nos habilite, y que el equilibrio que nos habita prevalezca.
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